jueves, 20 de diciembre de 2012

1-3 El Inicio. Recuerdos Antiguos.

 
 

Los días proseguían en esa tranquila villa y aquel Padre y su hija continuaban su entrenamiento arduamente, ya que el momento de separarse se acercaba cada vez más, para esa misma tarde se dirían Adiós.

    - ¿Shun, que haces? –Acercándose agitado pero con paso ligero hacia la pequeña que abanicaba con fuerza hacia todas direcciones la lanza y dibujando una pequeña sonrisa pero con esfuerzo para disimularla, pero su padre no pudo evitar esbozar una sonrisa al ver a su hija con tanta energía,  con unos ojos brillando con determinación a ir por su madre, por cada abanicada, por cada golpe que daba en el aire sus ojos brillaban cada vez más de energía pura.
    -Haciendo un pequeño calentamiento. –Contestó la pequeña a tiempo que se detenía al haber oído a su padre y le demuestra una hermosa sonrisa a él mientras le hablaba.
    -Bueno, cuando termines te vas a bañar y luego almorzaremos ¿Ya?
    -¡Sí! –Respondió y a tiempo que afirmaba con la cabeza con fuerza.

La pequeña, aquella mañana se había levantado dos horas después que haber amanecido, cuando su padre la fue a ver solo faltaba media hora para que fuera medio día, verdaderamente ella quería sentirse lista para su vieja, al contrario de su padre, se sentía nervioso, pero más que nada preocupado por ella.

Yosuke le había preparado la comida favorita de su hija ya que sería el último para la pequeña Shun, y más que nada, sería la última vez que estaría con su padre. Para cuando llegase el día de volver a juntarse con él, será el día que traiga a su madre de vuelta.
Al ser el último almuerzo de la enana junto a su padre, ella no paraba de hablar de las nuevos movimientos que había inventado esta mañana, su padre la oía con mucha atención y felicidad, pero en un momento inesperado Shun dejo de emitir palabra alguna, dejo de meterse comida a la boca y se trago la que ya tenia dentro, se quedo mirando a su padre atentamente con un rostro serio.
    - ¿Qué sucede Shun? –Preguntó algo preocupado por su repentino silencio.
    - ¿Tu crees que lo lograre papá? –Preguntó la pequeña con voz baja.
    - ¿Eh? –Un tanto sorprendido pero apresuradamente cambió a una sonrisa– Solo si te lo propones de corazón hija. –Respondió– Sino, no llegaras a ningún lado.
    -Ya veo. –Contestó al mismo tiempo que se encogía de hombros y cerraba los ojos –Entonces pondré todo mi corazón y alma para traer a mamá. –De repente se levanta de golpe, abre los ojos y dirige su mirada hacia arriba imaginando el Cielo Azul, las manos las convierte en puños y las apretaba fuertemente-. Traeré a mamá de vuelta y por fin podremos ser una familia feliz! –Finalizó con una gran sonrisa y mirando a su padre nuevamente.
    -Estoy orgullos de ti Shun –Dibujando una sonrisa a su hija. Después de todo eso, Shun no pronuncio palabra alguna, pero su calida sonrisa aun seguía en su rostro y sus ojos miraban fijamente al amable Elfo que la crío durante años y con orgullo y amor podía llamarlo “Papá”.
De un momento a otro la pequeña enana se sentó, empezó a comer nuevamente y volvía a vocalizar palabras, contaba sobre los movimientos que había aprendido, también que había inventado mediante los diversos movimientos de la naturaleza y animales, algunos sonaban muy extravagantes que a pesar de haberlos inventado ella misma, no lograba hacerlos a la perfección, así que prefería inventar uno más fácil de ejercer, pero con un gran poder.
Acabo de un buen rato, padre e hija estaban en la habitación de la chimenea, Yosuke embutía cosas tras cosas en la mochila de Shun para el largo viaje, mientras ella yacía sentada en el sofá con los pies colgando y meciéndolos hacia atrás y hacia delante de un modo de sincronizado esperando a que su padre le pidiese algo. Después de un rato de meter y sacar cosas, orden aquí y allá en la mochila de la enana, Yosuke llama a su hija para hacerle entrega de su mochilá, y en especial de ciertas pertenencias especiales.
    -Shun, ven un minuto por favor
    -¡Si! –Se baja del sillón con un brinco y se va corriendo hacia su padre a pesar de lo cerca que estaban-. ¿Qué pasa? –Preguntó contenta mientras se acercaba a él.
    -En tu mochila te eché todo lo necesario pata el viaje: Cobijas, por si tienes que dormir al intemperie; comida, para tres o cuatro días, solo si lo racionas bien; un par de bolsitas con Adena, ocúpala solo cuando es necesario y…
    -Gracias Papá –Dijo la pequeña
    -Shun, cuando acampes siempre prende una fogata –Comenzó explicando—, no hables con extraños, nunca subestimes a los animales salvajes.
    -Si Papá
    -Báñate seguido, lávate los Dientes y…
    -Ya entendí… -Interrumpiendo a su padre- Gracias papá. – Añadiendo una sonrisa de agradecimiento.
    -Está bien. –Se dirige hacia un baúl que estaba en una pequeña mesa de madera tallada con hermosas figuras. Abre el baúl y de ella saca diversos objetos y se las muestra a su hija.
    -¿Que son papá? –Preguntó curiosa.
    -Estos hija mía, son nuestros objetos más valiosos que teníamos Tu Madre y Yo. –Toma una Flauta hermosamente tallada con madera de las tierras de Rune y se la entrega en la mano a su hija.
    -¿Una flauta?
    -Si, se supone que convoca a un animal, pero solo si tienes las notas correctas. –Explico su padre a Shun-. Me la obsequio mi padre, más o menos a tu edad.
    -Uuh, convoca a un animal –Dijo emocionada.
    -Si –Respondió su padre
    -¿A cual?
    -No lo sé
    -¿Tu papá nunca te lo dijo? –Preguntó la pequeña –Oh más bien, ¿nunca lo convocaste?
    -No, me decía que tenía que saber tocarla y así sabría que animal es, al final nunca toque para saber.
    -Buh, que flojo. –Después le mostró el par de anillos censillos pero decentes, muy bien cuidados y tallados con un nombre diferente en cada uno.
    -Estos anillos los usamos tu madre y yo el día que nos casamos en Dion, dos semanas después de huir de Aden.
    -Que lindos. –Toma uno de los anillos y se percata que tenía un nombre escrito, lo compara con el otro pero este tenía un escrito diferente-. ¿Alfa y Alva? ¿Porque tienen dos nombres distintos?
    -Por que esos dos nombres tienen un significado especial
    -Wow, debieron de costarte mucha Adenas.
    -Pues no, es decir, los anillos eran más o menos baratos.
    -¿Y el tallado ya venia? –Preguntó a tiempo que veía el tallado más de cerca.
    -No, yo los talle –Confesó Yosuke alegremente-. Me tomo casi un mes hacerlos –Contestó mientras miraba los anillos por unos segundos, después voltio la mirada a su hija-. Cuando conocí a tu madre la primera vez me sentí atraído a ella, una semana después se me ocurrió tallar estos anillos-. –Dio un pequeño intervalo para darse un pequeño respiro.
    -Papá… ¿Cómo conociste a mamá?
    -En Aden. –Comenzó a explicarle a Shun- Yo era ya un miembro antiguo del Clan, en ese tiempo recién habíamos conquistado el Castillo de Aden, así que la mayoría del clan pasaba allá y no en la Clan Hall llamada “The Silver Chamber” que también estaba en Aden. Un día como cualquiera tu madre fue reclutada por el mismo Rubén, un mes después informo que se había comprometido con ella.

Aquel Elfo le empezó a contar a su hija de cómo se había enamorado de la Joven Humana llamada Myst.

Fue un día de verano en Aden, el Joven Elfo hacia guardia serca de las puertas principales del Castillo, a pesar de que el Clan poseía un Clan Hall, sin embargo la mayoría de sus miembros pasaban en el castillo, en especial Rubén, líder del clan. Mientras Yosuke hacia su rutina diaria de vigilancia antes de ir a su entrenamiento en Seal Of Shilen, ve a Rubén llegar desde lejos y nota que no caminaba solo. A su lado iba una Joven Humana Mística, de cabello corto, un tanto alborotado en las puntas y de un color café claro. Bestia con un hermoso ropaje: Llevaba puesta un especia de camisón de mangas largas y sus hombros estaban descubiertos, una falda larga que le llegaba un poco mas arriba de las rodillas y unas botas largas que le llegaban hasta las rodillas pero estas no se veían ya que eran cubiertas por unas rodilleras hechas de acero, el vestido era claramente de un color verde oscuro, sin duda alguna era la Karmian, diseñada especialmente para magos (N. del E.: Karmian Robe Grado C).
La Joven caminaba a paso veloz intentado a estar a la par con el Humano que era evidente más alto que ella el cual caminaba con largas zancadas fuertes y firmes. Al llegar a las imponentes puertas del Castillo de Aden, Rubén inhala aire y luego lanza un grito exigiendo que abrieran las puertas, Yosuke se quedo inmóvil por unos segundo observando a la joven humana pero de pronto la joven levanta la vista y devisa al Elfo vigilante, hubo un lapso que para algunos seria corto, pero lo más seguro que para Yosuke y aquella humana, parecieron eternos. Rubén ve a su acompañante que observaba algo ocasionando que le siguiera la pista pero al llegar arriba no vio a nadie y en ese momento se abrieron las puertas del castillo.

El Rey del castillo convoca a todos los que estaban en el recinto ese día, en la sala principal en donde estaba el Trono. (N. del E.: no el WC que coste)
    -¡Pongan atención camaradas! –Comenzó Rubén con una voz de autoridad-. Hoy ingresara una nueva compañera, su nombre es Myst Xilotl (N. del E.: No se nos ocurrió otro apellido mejor) –Adelanta a la Joven para que todos la vieran, ella da una pequeña reverencia un la cabeza hacia sus nuevos camaradas. La joven maga al volver a levantar la mirada vuelve a divisar al Elfo que vio anteriormente, él yacía en el pasillo superior viendo desde lo alto la bienvenida de aquella humana, Myst por otro lado le susurra a Rubén preguntado quien era aquel Elfo de expresión tímida.
    -¿Quién? –Levanta la mirada al momento que Myst le pregunta sobre el Elfo escondido, — ¿Él? Es Yosuke— Rubén con un movimiento leve de cabeza le pide que se acercara—. ¡Ven a darle la bienvenida como se debe! –El elfo al oír y ver la orden de su líder baja de un brinco a la planta inferior. Se acerca a su líder y a la Joven nueva, se coloca al frente de Myst y le da una reverencia.
    -Bienvenida al Clan Darkness Eyes. –Myst al ver al Joven Elfo y tal respeto que le había dado no pudo evitar dibujar una pequeña sonrisa y al mismo tiempo sonrojarse, pero intentando disimularla a través de un rostro sereno.

Cuando se termino la tal celebre bienvenida, cada persona se disipo entre el castillo, Yosuke con intenciones de volver a sus deberes es llamado nuevamente por Rubén.
    -Yosuke, quiero hablarte en privado unos minutos, ¿Puedes? –Acercándose a él
    -Por su puesto Jefe. –Él y Rubén se fueron a la planta superior para que Myst no oyera nada de la pronta conversación.
    -Quiero pedirte un favor. –Comenzó hablando con un tono autoritario.
    -Si, dígame –Respondió Yosuke.
    -Quiero que seas el guarda espalda y tutor de Myst. –Ordenó.
    -¿Su tutor? –Preguntó confundido. –Jefe, usted sabe que lo que usted quiera se lo daré. –Confesó lealmente-. ¿Pero ser su tutor? Es decir, ella es una maga y yo un Guerrero
    -Pero se que finalizaste tus estudios para ser un Necromancer, ¿O me equivoco? –Finalizó con una pequeña sonrisa.
    -Bueno, si… Pero apenas ha pasado unas semanas desde que la termine. –Encogiéndose de hombros.
    -Bien –Exclamó contento. –Tiempo suficiente para haber aprendido arto y se qué lo has estado ejerciendo –Prosiguió Rubén-. Así que no habría problemas, ¿O no?
    -No señor, are lo que me pide. –Finalizó con un suspiro y agachando la cabeza
    -Bien. –Al finalizar la conversación, ambos bajaron para juntarse con Myst que yacía inmóvil pero moviendo la cabeza para ver a su alrededor.
    -Myst… -Interrumpiéndola en su poca exploración del castillo-. Quiero presentarte a mi leal y más fuerte Arquero del Clan y Capitán del 1º Royal, “Vanguard”: Yosuke Moriya.
    -Es un placer –Dijo Myst
    -Igualmente –Respondió inclinando la cabeza.
    -Myst, él será de ahora en adelante tú Guarda Espaldas y tú tutor, en otras palabras serás su Aprendiz.
    -Si… -Sin oponerse a la decisión del Líder, Myst acepta sin protestar, dirige su atención al Elfo que estaba parado como estatua. –Espero no causarle problemas Sr. Moriya.
    -No, no, para nada y no es necesario llamarme por mi apellido, solo llámame Yosuke.
    -Está bien… -Finalizando con una sonrisa.
Cuando finalizó la reunión con Rubén, Myst y Yosuke se fueron en direcciones opuestas. Rubén se fue a un cuarto privado que tenia en el castillo para que no lo molestaran, Myst se separo de él y se fue a explorar el castillo, por otro lado Yosuke se fue a lo más alto del castillo de Aden, saltando y es calando de aquí para allá, se sentía realmente inquieto, tal vez porque… Era la primera vez que él tenía un aprendiz, en especial una mujer. Él solo pensaba si lo aria bien como maestro y como guardián… ¿Guardián? Se empezó a preguntar Yosuke, ¿Por qué ser su Guarda Espaldas? Es decir, con ser su maestro ya tenía la responsabilidad de cuidarla, ¿Pero por que recalco la palabra “Guarda Espalda”? ¿Acaso tiene algo en especial aquella Joven? Se preguntaba una y otra vez. De un momento a otro Yosuke escucha un grupo de voces conocidas, miembros del Clan, él se acercó  sigilosamente para que nadie lo viera, divisa a 5 figuras en total y entre ese grupo estaba Myst, se acerca aun mas, lo suficiente para oír y ver claramente lo que pasaba y decían.

     -Vaya, si que eres bastante linda… ¿Por qué no vienes conmigo a mi cuarto?
    -No gracias –Respondió Myst seria.
    -Entonces ven conmigo… -Interrumpió un Elfo de cabello corto. Los 4 hombres que estaban rodeando a la Joven se acercaban cada vez más, pero Myst no musitaba palabra y solo demostraba esa expresión seria y sin emoción alguna. Yosuke al distinguir esa escena no podía permitir ese comportamiento, Toma su arco, desenfunda una flecha y una soga de su carcaj, amarra la soga a la flecha fuertemente y en un movimiento veloz tensa el arco y la dispara clavándose en una cornisa bien arriba del grupo, amarra el otro extremo a un pedestal y ocupa su arco como una tirolesa, en unos segundos después ya estaba en el punto necesario para soltarla para dejarse caer, pero en el momento que caía Yosuke suelta un silbido que sus camaradas conocían perfectamente así que se alejan de la Joven humana acosada por ellos . Al abrirse paso entre ellos, el Joven Elfo ágil cae entremedio del grupo a tiempo que desenfundaba otra flecha, dándole la espalda a Myst, rápidamente tensa su arco nuevamente y esta la apunta hacia sus compañeros de una manera amenazante.
    -¡Worker, sabes que no me gusta este tipo de comportamiento! –Gritó enfadado mientras le apuntaba con la flecha-. Y tu igual Brayan.
    -Lo lamento Yosuke. –Contestó Brayan un tanto apenado, pero más que nada con un poco de miedo por la amenazante flecha apuntándolos.
Todos en el Clan sabían que Yosuke era capas de hacerles daño si alguien desobedecía las normas.
    -La chica esta bajo mi cuidado, si le pasa algo, Rubén me castigara y si es así ustedes vendrán conmigo, ¿Escucharon? –Finalizó enfadado y al mismo tiempo guardando su arco y flecha. Voltea y ve a Myst inmóvil con un rostro sorprendido por la repentina aparición del ágil Elfo Arquero, él sin dudar ni un segundo le toma de la mano y se la lleva adentro del castillo.

Caminaron lo suficientemente lejos como para saber que nadie los seguía, en eso se detiene de golpe, le suelta la mano y se da media vuelta para mirarla.
    -¿Que hacías caminando por el castillo tú sola? –Dedicándole una mirada severa-. En especial a estas horas de la noche… -Esperando una respuesta.
    -Quería conocer más el castillo… -Respondió.
    -¿Por qué no le pediste a Rubén que te acompañara?
    -No se donde esta. –Respondió amurrada.
    -Ya veo… -Contestó pensativo.
    -¿Es malo caminar por aquí? –Preguntó confundida.
    -En parte –Respondió- Las mujeres del clan suelen caminar juntas por el castillo, o con un centinela –Añadió.
    -¿Por qué? –Continuando con las preguntas
    -Por que mayoría de los hombres del clan no son de fiar, en especial Worker –Se quedo pensando unos segundos pero luego prosiguió-. Pero puedes confiar en Brayan, ya que es mi hermano pequeño, y en mi…
    -Si, gracias, te lo agradezco mucho-. Finalizó  con una sonrisa. Yosuke sin darse cuenta se había puesto rojo-. Jeje, te ruborizaste…
    -¿Eh?... ¡Ah!... Si, perdón… ejem. –Se aclara la garganta y luego continua- Mañana a primera hora empezaremos tú entrenamiento.
    -Si… -Respondió contenta.
Yosuke en esa noche acompaño a Myst a donde pasaría la noche, obviamente no iba a dormir sola, le pide a Retelie, una Elfa maga si la podía admitir en su habitación, solo por esta noche.
    -Claro, no tengo ningún problema –Respondió Retelie demostrando una sonrisa.
    -Gracias, te lo agradezco. –Contestándole agradecido por su hospitalidad, vuelve con Myst que estaba a su espalda, le demuestra una expresión calida a su aprendiz-. Vendré por ti temprano para empezar tú entrenamiento, ¿Si?
    -Si. –Respondió Myst.
Al momento de irse Yosuke, Reletie cierra la puerta y la asegura con tres candados.
    -Para que son los candados. –Preguntó confundida y un tanto asustada
    -Por que hay varios de los hombres del clan que se meten en cuclillas a las habitaciones de las mujeres a tu sabes que… -Advirtiendo- En especial a las que duermen solas como yo.
    -Oh…
    -Preguntas mucho, por lo que veo. –Comentó Retelie con una pequeña risa.
    -Mmh, disculpa –Contestó algo apenada
    -Tranquila, solo es una broma. –Se disculpo por su anterior comentario.
    -Si, lo sé… -Admitió mientras sonreía algo forzada.
    -Bien, dime Myst. –Estirándose en su cama, observando a Myst con un rostro curioso y esbozando una sonrisa.
    -¿Si?
    -¿Acaso te gusta a Yosuke? –Preguntó ansiosa
    -¿Qué? –Respondió sorprendida.
Cuando Myst llego esta tarde al clan, Retelie había percatado que ella miraba con cierta forma a Yosuke, esa expresión que le dedica un tanto especial y curiosa, al contrario de Rubén, que solo lo miraba con una sonrisa forzada.
    -Claro. –Comenzó explicando Retelie-. Por como se miran uno con el otro es lógico que sientan algo, ¿O no? –Explico Ansiosa. —Aunque apenas lo conoces hoy.
    -¡Claro que no! –Contestó un poco cortante, pero luego se quedo pensando unos segundos, después demostró una amplia sonrisa en su rostro. –Aun que puedo admitir que es muy amable, atento y muy educado. –Confesó a tiempo que se sonrojaba.
    -Mmmh, te gusta. –Respondió con una mirada aún más curiosa. –Amor a primera vista, ¡que hermoso!
    -¡Ya te dije que no! –Respondió poniéndose aun más roja–. Además –Continuó pero con un tono grave y triste, y su piel se había puesto pálida.

Myst en ese momento le explico a Retelie que ella no había sido reclutada solo como una miembro al clan, sino por otra razón que a Rubén le favorecía, sin embargo él no tenia intenciones de mencionarlo todavía al Clan, Myst le hizo jurar a Retelie que guardara el secreto que le estaba por contar y que no le contara a nadie, en especial a Yosuke.
A la mañana siguiente, Yosuke y Myst estaban en el patio de entrenamiento del castillo de Aden antes de ir a un campo real con bestias salvajes, así que decidió que destrozarían maniquís clavados en el suelo. Iban a comenzar primero con la magia de ataque elemental, pero antes, Yosuke quería salir de una pequeña interrogante…

    -¡Retelie! ¿Qué diablos haces tú aquí? –Gritándole severamente. Ella yacía parada al lado de Myst con una expresión de niña buena.
    -¿Acaso no puedo acompañarlos? –Preguntó al mismo tiempo que se dirigía a un lugar cómodo donde sentarse.
    -No me refiero a eso, es decir. –Respondió un tanto incomodo, al contrario de Myst, ella miraba a Yosuke como se enojaba por eso y no podía evitar contener una pequeña risa-. Si no vas a estar haciendo nada, por lo menos practica tu magia. –Añadió un poco enojado.
    -De acuerdo –Contestó amurrada al mismo tiempo que se ponía de pie a pesar de haber encontrado un lugar cómodo en donde sentarse. Myst se la queda mirando mientras Retelie se dirigía a entrenar por su cuenta a una distancia cercana a ellos, se dirigía hacia unos blancos de madera clavados al suelo, la joven humana diviso que vocalizaba algo pero no logro oírlo, en eso un especie de sello mágico con escrituras Elficas aparecieron arriba del blanco, segundos después unos rayos azules emergieron del sello, provocando una explosión que destruyó el blanco en pedazos.
    -Retelie, eso fue lento. –Interrumpió Yosuke–. Ocupa tu báculo –Sugirió un poco estricto.
    -No lo traje. –Respondió mientras sonreía de una manera burlesca.
    -Idiota –Murmuró mientras esbozaba una sonrisa forzada a tiempo que desviaba la mirada hacia otro lado y abarrotaba el ambiente con un aire malvado.
    -¡Ya te oí! –Gritó enojada a tiempo que daba otro conjuro, pero este se efectúo en el suelo y segundos después apareció agua haciendo trisas desde abajo hasta arriba otro blanco de madera.

    -Ah~~~ -Resignado por el comportamiento infantil de Retelie, Yosuke vuelve su atención a Myst— Bien, no le hagas caso. –Se quedó pensativo unos segundos pero luego recobro el sentido— Comenzaremos mejor con la Magia Defensiva.
    -¿Magia defensiva? –Preguntó Myst
    -Si. –Respondió él- Consiste en inmovilizar o ralentizar a tu oponente. –Yosuke le explico la posición de manos y brazos, y las palabras adecuadas para canalizar la magia en un punto específico, como en ese momento no tenían animales a quienes atacar, él sugirió que intentara paralizarlo.
1, 2, 3, 4… Intentos fallidos.
    -Creo que es muy complicado para ti todavía. –Confesó un tanto desalentador. Myst al oír esas palabras se enoja y vuelve a intentarlo. Yosuke en ese instante quiso dirigirse hacia otro lado pero sus pies no se movieron, bajo la mirada y diviso una marca roja a sus pies, Myst lo había inmovilizado, ella lo había logrado. Al joven maestro le impresiono bastante, ya que esa habilidad se puede efectuar con más facilidad en un nivel superior y siendo que ella estaba a un nivel más bajo que lo requerido.
    -Vaya, lo lograste –Confesó alegre Yosuke con una gran sonrisa en su rostro.
    -¿Y ahora que? –Preguntó ansiosa.
    -¡Espera a que se desclave del suelo! –Grito Retelie a tiempo que se reía de Yosuke
    -Ella… -Deja escapar una pequeña pausa, mira hacia Myst, luego a Retelie y de hay vuelve a mirar sus pies, en eso se le escapa una cara de frustración total por el comentario de la Elfa-. Tiene razón. –Finalizó suspirando.
    -Disculpa –Dijo Myst apenada. Yosuke al oírle le dijo que no era necesario disculparse, ya que lo que hizo era para entrenar, a pesar de haber fallado 4 veces lo había logrado a la perfección al quinto intento, por cómo se veía la marca de seguro que duraría arto tiempo. Aunque a Yosuke le causaba curiosidad una cosa.
    -Oye, Myst –Continuó él con una voz seria.
    -¿Si?
    -¿En que pensaste cuando lograste el conjuro? –Preguntó Yosuke.
    -¿En que pensé? –Se preguntó, en eso se lo queda pensando unos minutos e intentando recordar en que había pensado en ese momento que lanzo el hechizo–. Me había enojado. –Respondió algo insegura.
    -¿Con quien? –Volvió a preguntar Yosuke
    -Conmigo… –Contestó- ¿Pero que tiene que ver eso?
    -Eso significa que tú magia es realmente fuerte cuando tus sentimientos interfieren. –Interrumpió Retelie explicando mientras se acercaba a ellos con un rostro serio.
    -¿Eso es posible? –Preguntó él.
    -No lo sé, ya que es la primera vez que saco una conclusión como esa. –Confesó aun más seria-. Si eso es cierto, eso lo explicaría todo. –Finalizó con un murmuró a tiempo que daba una expresión de preocupada.
    -Pensé que la Magia se emanaba de otra manera –Comento Yosuke.
    -También yo –Agrego Retelie.

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