jueves, 13 de diciembre de 2012

1-2 El Inicio. La Decisión



 9 años después, la pequeña bebé se había convertido en una hermosa niña, con hermosos ojos verdes azulados, el pelo naranja con una tonalidad obscura y siempre se amarraba dos chapes a ambos lados de la cabeza. En una mañana la pequeña enana corría con alegría por toda la costa del lago del pueblos de Floran, tenia una caña de pescar en una mano y con la otra 2 pescados agarrados de la cola y zamarreándolos mientras corría en dirección a su padre, la pequeña Shun gritaba con alegría repitiendo “¡¡Atrape  2 papá, mira!!”.
Llegando el almuerzo la pequeña y su padre comían los deliciosos pescados que había conseguido la niña con ansias y paciencia.

Al llegar la noche la pequeña enana siempre hacia berrinches al dormir, ya que cada noche que conciliaba el sueño, tenia una pesadilla que no lograba entender y provocaba que despertara a altas horas de la madrugada. Un día, Yosuke preocupado por los constantes gritos que lanzaba su hija ya hace tres meses toma la decisión de contarle lo  que podría provocarle sus pesadillas, así que decidió contarle a la mañana siguiente.
A la mañana siguiente como había decidido estaba dispuesto a contarle a su hija lo que había pasado hace 9 años, aun que no estaba totalmente seguro si era eso lo que atormentaba a su hija, no obstante si no fuera esa la razón, tarde o temprano tendría que saberlo. Espero a la hora del almuerzo para contarle ese trágico pasado y talvez la posible causa de sus pesadillas, una vez que le contara esa historia, ya no había vuelta atrás. (N. del E.: Suele hablar con ella en el almuerzo o cena, ya que pasa todo el día jugueteando por el pueblo, nunca se queda quieta, es hiperactiva, mi viva imagen cuando era pequeña XD.)
    –Hija, ya llevas más o menos tres meses con esas pesadillas ¿o no? –Comenzó hablando el Elfo a su hija
–Si. –Confirmó le pequeña
–Bien, por que talvez se que es lo que te las provoca, así que te los contare. –Continuó– Bueno, tarde o temprano tendrás que saberlo. –Finalizó encogiéndose de hombros.
    – ¿Es sobre lo de mi madre? –Preguntó un tanto cortante.
    –Si –Respondió. Al oír esa pregunta formulada por su hija, pensó aun más que la fuente de sus pesadillas era causa de su madre. Yosuke empezó a relatarle lo que había pasado, la pequeña Shun prestaba atención a todo lo que le contaba su padre, lo que había pasado de principio a fin, también le contaba en donde la habían encontrado. Por cada palabra, por cada oración que le decía su padre, la expresión de la niña entristecía cada vez más, hasta un punto en el que empezaron a brotarle lágrimas. Cuando su padre le contó todo lo que él quería contarle a su hija, quedaron en un inmenso silencio, pero en eso Shun se levanta de su puesto y se fue a su cuarto sin musitar palabra alguna, a diferencia de su padre él se fue a sentarse al sillón en donde estaba la chimenea. Ya sentado, mirando fijamente el fuego de aquella chimenea tan bien cuidada, pero cada minuto que pasaba contemplándola su expresión se tornaba más triste al recordar tal acontecimiento, al recordar a su amada Myst que había sido forzada a ir a Aden con ese detestable de Rubén, con solo recordar al humano se llenaba de ira, desesperación y cólera, pero cuando recordaba a Myst, le entraba un sentimiento de nostalgia, felicidad pero a la vez tristeza, sin embargo lo único que recobraba su sentido era su amada hija, aquella de tan calida sonrisa y alegría, siempre con una energía inagotable y de un talento en hallar cosas perdidas, no obstante en haberle contado la historia de su madre y de cómo la habían encontrado, le entristecía tanto que sus sentimientos no pudieron evitarse en expresarse en lagrimas, cerro los ojos y dejo correr las lagrimas por su piel pálida y tersa de la Raza Elfica, pero en ese momento mientras caían esas lagrimas de tristeza, unas pequeñas manos calidas y hermosas secaban los lamentos de este pobre Elfo triste y melancólico, al abrir los ojos dibujo una sonrisa al ver a su hija en frente de él limpiándole las mejillas, pero él noto que su querida hija no lloraba, sino tenia una sonrisa esbozada en su bello y tierno rostro.
    – ¿Por qué sonríes Shun? –Preguntó un tanto confundido– Después de haberte contado eso…
    –Si estoy algo triste –Respondió agachando un poco la cabeza– Pero a ala vez estoy feliz de que me lo hayas contado. –Levantando nuevamente la cabeza– Supe de un principio que no podría ser tú hija. –Confesó dando una pequeña sonrisa pero un tanto de tristeza.
    – ¿Ya lo sabias? –La miro confundido
    –Mh, más o menos –Respondió– Es decir, un lugareño del pueblo me empezó a contar las antiguas historias y hay me dijo que yo era una Enana, mamá una humana y tú un Elfo –Explicó a tiempo que se golpeaba levemente el mentón con el dedo índice y con una expresión de intentar recordar lo que le habían dicho– Pero también me extrañaba que no tuviera las orejas largas como tú. –Finalizó con una pequeña risita. Yosuke había quedado un tanto sorprendido de haberse dando cuenta de ese último punto, sin embargo le impresiono más con la calma que había hablado. Sin embargo, para el joven Padre sabía que tarde o temprano la pequeña se iba enterar de que lógicamente no eran familia de raza.

En un momento a otro se soltó un aire de silencio en toda la habitación de la chimenea en donde estaban Yosuke y Shun. El padre yacía sentado en el sillón cómodamente y su hija sentada en su regazo apoyada en el pecho de su padre con la mirada clavada en la chimenea con un rostro pensativo. Acabo de unos minutos la pequeña Shun rompe el silencio profundo que dominaba la habitación de tan humilde hogar.

    –Papá ¿Puedo pedirte un favor? –Comenzó hablando la pequeña sin hacer ningún movimiento y con sus ojos aun clavados en el fuego de la chimenea.
    –Si, dime Shun –Respondió un tanto extrañado al oír de que su hija quería pedirle algo. Al oír la respuesta de su padre, Shun voltea para verle la cara y darle aquella petición que tenia guardada, de talvez, hace ya tiempo.
    – ¿Puedes enseñarme a pelear? Por favor. –La pequeña miraba a su padre con unos ojos determinantes a no aceptar un “No” como respuesta. Yosuke quedo muy sorprendido al oír tal petición que le pedía su hija. ¿Entrenarla en uso de armas? Él sabía que su hija no era una niña que pedía y pedía como si la Adena cayera del cielo, de hecho Shun siempre decía que era feliz con tenerlo a él y vivir felices como una familia, pero era la primera vez que ella le pedía algo en especial si ese algo era un tanto peligroso.
    – ¿Y por que quieres que te enseñe a pelear? –Preguntó para ver que decía a continuación.
    –Por que quiero ir a buscar a mi madre de las manos de ese humano despiadado. –Contestó con una mirada desafiante y decidida. Al oír eso, Yosuke se asusto por la decisión que estaba tomando su hija, sin embargo él lo pensó un poco antes de darle una respuesta. “Aunque Rubén no supiera como era actualmente Shun, ni tampoco sabia su nombre, talvez tendría posibilidades de huir si él llegase a volver y si fuera por ese caso, enseñarle a pelear no era mala idea, sin embargo ir a buscar a su madre, hacia un ejercito era obvio que era un suicidio y no quería el fin de su hija de ese medo”. Apenas de pensar en “esas” posibilidades, de todas formas aquel Elfo, con rudeza le respondió con un “No”, pero con la determinada mirada de su hija, volvía a pensarlo de nuevo antes de negarle el favor que le había pedido. Acabo de un rato de meditarlo, Yosuke vio a los ojos a su amada hija y al final accedió a entrenarla en el arte del combate, pero le advirtió: “Esto será un entrenamiento duro, no podrás echarte atrás una vez empecemos, como nunca tuviste un entrenamiento adecuado respecto a tu raza, solo podré enseñarte lo que yo se, no obstante tendré que explicarte ciertas cosas antes de que tomes un arma”. Sin titubear y con una mirada penetrante a conseguir lo que desea, Shun le respondió con un gran “Sí”, con un aire de determinación y una gran sonrisa esbozada en su rostro.
Yosuke decidió la hora del primer entrenamiento de Shun y ella estaba más que de acuerdo, “A primera hora de la mañana”, por lo tanto mando a la pequeña enana a acostarse temprano para que estuviera más descansada y con fuerzas. Acabo de un rato, mientras Shun yacía durmiendo, aquel Elfo decidió darse un paseo por el pueblo preguntando a cada enano que había en Floran, eran pocos pero como siempre decía “Peor es nada” con un rostro un tanto irónica al repetirse esa oración en la mente todo el tiempo.

Dando un gran bostezo dejando a la vista su garganta, pero aun así intentando tapársela con esa pequeña mano de enana y rascando con la otra mano un ojo indicando que a pesar de haberse acostado temprano igual permanecía con mucho sueño. Shun se encontraba sentada como buena niña esperando a su padre para empezar su tan deseado entrenamiento.

    –No te quedes sentada o así te entrara más sueño. –Explicó su padre apareciendo por detrás de su hija con una gran cantidad de armas, Algunos los llevaba entre los brazos, otro los sujetaba con las manos y los que se podían colgar, los tenia colgando en los hombros. Con solo verlo se notaba que estaba un tanto incómodo. Caminaba hacia su hija a tiempo que daba una pequeña risita al ver a la pequeña cabeceando por el sueño que tenia. – ¿A que hora t dormiste? –Preguntó
    –Me mandaste acostarme a las 7 de la tarde.
    –Bien, pero una cosa es irse acostarse y la otra es dormirse. –Mirándola entre el montón de armas que tenia enzima.
    –Okay, me dormí como a las 7:30. –Respondió, su padre no le quitaba esos ojos de cómo diciendo ¿Estas segura? Mientras dejaba las armas en el suelo–. Ya, a las 8… –corrigió mientras su padre seguía con la misma expresión–. ¿A las 8:30?... tu ganas, a las 9 –Se corrigió finalmente–, me dormí a esa hora por que estaba entusiasmada y por eso no pude conciliar el sueño, perdón. –Encogiéndose de hombros.
    –Bien, ya no importa –Confesó– Ven ayudarme a llevar las armas hacia la horilla del lago.

    –Si –Respondió contenta, mientras caminaba hacia su padre para ayudarlo. – ¿Cuales me llevo? –Preguntó curiosa mientras miraba todas las armas en el suelo.
    –Ten, tú te llevaras las más ligeras y yo las pesadas. –Entregándole las armas que le había seleccionado. Se dirigieron a la orilla del lago.
Una vez instalados en la orilla y con las armas puestas en fila sujetadas únicamente por cuerdas y palos que estaban clavadas en el suelo.
    -Bien, antes de empezar… –Clava la mirada en su hija que volvía a estar cabeceando por el sueño, él empieza a tomar aire, se pone en frente de ella y le lanza un gran grito.– ¡Ve a mojarte la cara! –La pobre enana despertando con un gran brinco que provoca que se cayera de espalda al suelo.
    – ¿Lavarme la cara? –Mira en dirección a su casa– Pero  la casa esta lejos. –Respondió la pequeña apuntando hacia su casa– Tendría que ir corriendo y aun así perderíamos tiempo. –Añadió descontenta por lo último que menciono.
    –Nunca dije que fueras a la casa. –Respondió dando una pequeña sonrisa a la vez que levantaba una ceja– Májatela aquí. –Prosiguió– Por eso nos instalamos en la orilla del lago.
    –Pero debe de estar fría –Replicó la pequeña.
    –Esa es la idea. –Finalizó esbozando una sonrisa. Shun sin negarle a la orden de su padre, fue al lago, embutió toda la cabeza en el agua por unos segundos y luego saco rápidamente tirándola para atrás. Las gotas que resbalaban por su cabeza llegaron al cuello y luego a su espalda, provocando que lanzara un pequeño chillido y que tuviese escalofríos.
    –Es…Esta fría. –Decía tartamudeando por el frío del agua– Pero esta rica de todas formas. –Finalizando con una sonrisa.
    –Hehe ¿Te despertaste ahora? –Con los brazos cruzados apoyándolos en su pecho y con una pequeña sonrisa en su labios–. Bien, empezaremos… –Dejo escapar un pequeño intervalo y después prosiguió–. Pero antes te explicare las dos profesiones que tienen los enanos, es decir, tu raza.
    – ¿Profesiones?  –Preguntó con un rostro confundido por lo que intentaba explicarle su padre.
    –Si, también solo existe un solo tipo que es el Guerrero y eso se divide en dos áreas al llegar a cierto punto, es decir, dos títulos que puedes escoger: Artesano (Artisan) o Buscadores (Scavenger) (N. del E.: en verdad Scavenger significa Basurero, según traductor google, pero cambiémoselo a un nombre más decente.). Los Artesanos como dice su nombre son aquellos que crean armas y armaduras, para si mismos o para venderlos. –Da una pequeña pausa, pero luego prosiguió– Venderlas más que nada, no obstante ellos no trabajan solos, necesitan la ayuda de los buscadores para conseguir materiales y las Recetas para la creación de las armas y armaduras de todos los niveles.
    –Ooooh~~~~. –Con un rostro sorprendido y muy alegre por lo que le enseñaba su padre. –Correcto, haber si entendí, en mi raza solo existe un estilo que seria el tipo guerrero, pero solo dos profesiones, es decir ¿Solo puedo ser Artesana o Buscadora?
    –Sí, pero no solo llegas asta ahí. –Continuó– Eso son solo los dos títulos básicos, mientras vas mejorando tras el transcurso del tiempo se te abre mas el camino para conseguir un nuevo titulo.
    –Bien…. –Se queda procesando– No entendí –Contestó enredada.
    –Muy bien… –Se golpea la frente con la palma dejándose así una marca roja–. Al salir de la escuela te preguntan que quieres ser y de hay te someten a un examen para conseguir el titulo básico. Al conseguir el primero titulo; Artesano o Buscador, te dicen que tienes dos títulos más por delante. –Explicando lo mejor que podía– En los Artesanos son: 1-. Artisans, Warsmith y Maestro. Y en los Buscadores son: Scavenger, Bounty Hunter y Fortune Seekers (N. del E.: Deje los nombres reales de las profeciones). Dependiendo de las habilidades del Enano podrá pasar por su cuenta y esfuerzo a la siguiente profesión
    – Ya entendí, pero ahora tengo una pregunta. –Informó emocionada.
    – ¿Si? –Contestó
    – ¿Que tipo de armas ocupan? –Preguntó curiosa.
    –Imagine que me preguntarías eso. –Contestó riendo– Los Artesanos ocupan Lanzas (Poles), por las habilidades que aprenden. Los Buscadores Mazos o Hachas (Blunt), aun que para ellos es lo mismo, solo que uno puede cortar el otro… (N. Del. E: Comentario wn xD)
    – ¡Darle un martillazo en la cabeza! –Interrumpiendo a Yosuke.
    –Claro, si es que logras alcanzar la cabeza. –Comentó echándose a reír. –Aun que según un enano de aquí, los Bounty Hunter si quieren pueden ocupar lanzas, por si uno quiere, puede aprender algunas técnicas.
    –Ah~~ ¡Genial!
    –Bueno, pero debo decirte una cosa antes de empezar, no te podré enseñar las técnicas ya que no las conozco, y solo las obtendrás si adquieres tus títulos, así que tendrás que aprenderlas por ti misma ¿Entendido?
    – ¡Sí! –Levantando el puño en alto y esbozando una gran sonrisa de entusiasmo.
    –Bien, como no se las técnicas básicas de la raza de los Enanos y en especial no se que vas a ser, no te podré enseñar nada de eso, sin embargo te enseñare a ocupar todas las armas tipo Guerrero que estén a mi alcance, empezando con el arco, ya que yo soy un Elfo con titulo de “Silver Ranger”
    –Si, un experto arquero de la Ex-fuerza del castillo de Aden y del Clan Darkness Eyes –Contestó Shun. Al pronunciar esas palabras, ambos guardaron silencio por unos minutos, Yosuke en cierta parte, se sentía arrepentido de haberle contado, pero por otro lado, le ponía feliz, en especial de que su hija lo haya tomado bien a pesar de ser tan pequeña.

Para la practica con el arco se instalaron en uno de los puentes que había en el lago de Floran, en donde terminaba el puente había un palo con un blanco pintado, Shun y Yosuke se encontraban al otro lado del puente, el Elfo arquero le enseñaba como sostener el arco y después sostenerla con la flecha, a pesar de ser la primera vez que la pequeña sostenía un arco, lo uso con mucha facilidad.

Del arco pasaron al resto de las armas hasta llegar al Mazo, a pesar de que las armas las domino con facilidad, el Mazo la ocupo como si fuera un juguete. Su padre le mostraba como podía maniobrar cada arma, por donde pasarla, en especial como moverse, la pequeña lo imitaba como un espejo.
Del aprendizaje pasaron al combate, de lo leve a lo intenso, le enseño a pelear con la misma arma que podría tener su adversario, después las armas variaron hasta llegar el punto que Yosuke le dijera que solo ocupara el Mazo, a diferencia de él, empezaba a variar las armas. Habían comenzado el entrenamiento al amanecer de aquel día y finalizaron al anochecer. Todos los días, durante un mes entero, entrenaron arduamente, aun que claro, más Shun que su padre, aun que no lo aparentara, estaba agotado y en especial adolorido, no solo por los constantes entrenamientos con su hija, sino la herida que le provoco Rubén hace años, el corte le causaba mucho dolor a pesar de que ya había cicatrizado, pero el daño aun persistió.
Cumplidos el mes, la pequeña enana Guerrera ya estaba más o menos lista para enfrentarse a los próximos peligros del mundo exterior, aunque igual, mientras caminase hacía su “destino” deberá de seguir entrenando y en especial aprendiendo su cultura para así ganarle a Rubén sin que él la acabase primero, eso era lo que pensaba Yosuke mientras entrenaba con su amada hija…

Al final acordaron que partiría mañana después de la última comida juntos, así que se baño y se fue a dormir como siempre le decía su padre, en otro lado, él se fue a su cuarto, que en el también estaba su estudio. Empezó a revisar cajones y cofre, dejando vuelta la habitación en busca de algo para su hija. A la mañana siguiente, Yosuke fue a la habitación de su hija temprano, pero cuando llego ahí ella no estaba, su cama estaba tendida y su habitación bien ordenada de cabo a rabo, al ver tal orden él pensó que su hija ya se había marchado en busca de Myst, salio despavorido de la casa dejando tras de él un camino de polvo, al salir de la casa le pregunto a la primera persona que se le atravesó para así preguntarle si había visto a Shun.

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